¿Cuándo fue la última vez que leíste a cabalidad los Términos y Condiciones de una página web antes de apretar el botón “Aceptar”?

Probablemente el 90% de quienes lean esto admitan que nunca han leído tales textos. Para ser justos, es difícil culparlos pues dichos –interminables– documentos terminan haciendo todo lo posible para que el usuario promedio nunca los lea, y si lo hace, desista rápidamente y haga click en “Aceptar”.

Es precisamente esta situación la que le ha costado a Google una multa de 50 millones de euros por parte de la Comisión Nacional de Informática y las Libertades (CNIL), quien sostuvo que la empresa no respetó la obligación de informar sobre el tratamiento de datos personales de manera transparente, inteligible y de fácil acceso.

Según la CNIL, al crear una cuenta de Google en un teléfono Android, Google estaría proveyendo Términos y Condiciones en materia de privacidad de forma dispersa y con documentos de difícil lectura. La misma comisión, además, sostuvo que las reglas de privacidad estarían contenidas no en el documento principal de Términos y Condiciones, sino que en otros secundarios, lo que evidentemente no ayuda al usuario a prestar un consentimiento informado en los términos que aparecen en el Art. 7 del Reglamento General de Protección de Datos Personales (GDPR), vigente en Europa. La regulación GDPR exige en su Art. 12 un nivel de información efectivo al usuario que vaya más allá de la aceptación de un texto extenso y en letra pequeña.

Esta multa a Google resulta un antecedente relevante, dejando en claro que la información de términos y condiciones de difícil lectura y comprensión no bastan para cumplir con el reglamento. En Chile ya existe un proyecto de ley de protección de datos, el que contempla provisiones que exigen la existencia de consentimiento informado. Lo anterior invita a preguntarse si los Términos y Condiciones, que muchas empresas tienen en sus webs, cumplen con el rol de servir para un consentimiento informado.

Diego Maldonado Rosas

Abogado, Tecnología y Propiedad Industrial. Apparcel Uriarte & Vassallo abogados.

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 Para más información, lee aquí el texto de la sentencia este artículo de The Guardian donde se habla incluso de cláusulas bíblicas ocultas

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